Mejora de la memoria, atención, habilidades visoespaciales y velocidad de reacción o respuesta.

Mejora de las funciones ejecutivas como la flexibilidad, seriación o secuenciación y algunos aspectos relacionados como el razonamiento.

Mejora de las relaciones sociales y la comunicación (los espacios interactivos aportan facilidades para jugar con otros y reactivan las relaciones sociales entre iguales).

Mejora la motivación y bienestar a través de la creatividad y el feedback inmediato y positivo que pueden obtener a través de los logros del juego.

Mejora la toma de decisiones en niños que han sido dirigidos completamente durante su enfermedad.

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